Violencia a comunidad trans, problema severo en derechos humanos y políticas públicas

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Violencia a comunidad trans, problema severo en derechos humanos y políticas públicas

Cuando pensamos que fue tan solo en el 2018 que la OMS retiró de la lista de enfermedades mentales la “incongruencia de género”, transexualidad, la problemática de violencia a la comunidad trans cobra mucho más sentido. Si bien el respeto y aceptación a la comunidad LGBTIQ+ ha crecido a pasos agigantados, la realidad es que la comunidad trans es una de las más afectadas, ya que los niveles de violencia que alcanza son preocupantes. Basta decir que, de acuerdo con Statista, México ocupa el segundo lugar en asesinatos de personas trans.

Gran parte de este problema reside en la ignorancia, los prejuicios y los vacíos legales que derivan en impunidad y ausencia de derechos humanos fundamentales.

Educación, el camino para la aceptación

De acuerdo con Amnistía Internacional, entre las principales razones por las que existe la transfobia es la falta de entendimiento de los roles de género, la resistencia a romper la tradición ligada a éstos y el miedo a lo desconocido o aquello que no comprendemos.

Un primer paso en la lucha contra la desinformación es entender las definiciones o conceptos básicos relacionados al género, sexo y orientación sexual, ya que muchas veces consideramos son de “dominio público", sin embargo, el desconocimiento de estos es una de las razones por las que la sociedad aún no da el paso para la comprensión y aceptación de la comunidad trans.

Por ello, en este blog, queremos desglosar algunos de estos conceptos:

Sexo: Características biológica y fisiológicas de nacimiento que involucra órganos femeninos o masculinos.

Género: Atributos sociales vinculados al rol de hombre o mujer.

Identidad sexual: Es el sexo con el que nos identificamos y puede no estar ligado con las características biológicas de nacimiento.

Identidad de género: Define cómo nos sentimos con nosotros mismos en torno a la construcción social masculina, femenina o no binaria y es independiente de la orientación sexual.

Expresión de género: Es el comportamiento, actitud, vestimenta y manifestaciones ligadas a lo social que una persona emplea para expresar su identidad de género.

Orientación sexual: Define la preferencia sexual por un sexo u otro al vincularnos sexual o afectivamente.

Entendiendo estos conceptos básicos, podemos dar paso para comprender a la comunidad trans:

Transexual: Personas que no se identifican con el sexo con el que nacieron y deciden recurrir a tratamientos hormonales y/o quirúrgicos para modificarlo.

Transgénero: Persona cuya identidad de género no se corresponde con la de su cuerpo, sin embargo, no recurre a ningún tratamiento.

Travesti: Personas que eligen expresiones de género contrarias a su sexo. Es independiente de la identidad de género y orientación sexual.

La discriminación a la comunidad trans es diferente al resto de la comunidad LGBTIQ+, ya que resulta mucho más violenta, llegando, incluso al asesinato. Basta decir que, en México, en 2020, de los 78 homicidios a la comunidad, 43 fueron a la comunidad trans, más del doble que el segundo lugar, la comunidad homosexual con 22.

Por otro lado, de acuerdo con la UNAM, de 40% de las personas trans sintieron rechazo de sus padres al descubrir su identidad de género, mientras que, de acuerdo con la CNDH y CONAPRED, el 50% de las personas trans ocultaron su identidad de género al personal médico por miedo la maltrato o la discriminación.

Transfeminicidios, un reflejo de los problemas de género

Como dijimos, México es el segundo lugar con más asesinatos a personas trans, con 65 entre los años 2020 y 2021. Pero, a la violencia trans hay que agregar otros factores de discriminación, ya que si, aparte de ser trans posees otra característica atribuida a una minoría social determinada, el riesgo de sufrir violencia se incrementa. En el caso de México, el agravante es ser mujer.

Contrario a la disminución de homicidios al resto de la comunidad LGBTIQ+, los homicidios a personas trans se mantienen o incrementan. De acuerdo con el informe Muertes Violentas de personas LGBTIQ+ 2019 fue el año con mayor número de homicidios, llegando a 64; sin embargo, no se modifica mucho comparado con el 2021, que llegó a 55, todas ellas, mujeres trans. Entre 2017 y 2021, se registraron 270 homicidios en el país.

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México también ocupa los primeros lugares en feminicidios, de modo que, resulta claro el agravante de ser mujer. Tampoco resulta casual que el segundo lugar en homicidios a la comunidad LGBTIQ+ sea a hombres homosexuales, ya que la fuerte tendencia machista del país castiga a los hombres que no se adaptan a la normativa social y, si además se identifican con el "sexo débil", la alerta de violencia se dispara.

Ante esta situación, organizaciones como Amnistía Internacional, han señalado la importancia de incorporar los transfeminicidios dentro de la violencia de género. Pero, además de esto, existe algo fundamental: desarrollar políticas públicas que aseguren el respeto de los derechos humanos fundamentales a la comunidad trans.

Políticas públicas y leyes que aseguren los derechos humanos básicos para la comunidad trans

De acuerdo con el Informe 2021 de Muertes Violentas de personas LGBTIQ+ el promedio de edad de las víctimas trans mujeres fue de 31.7 años. Este número es uno de los principales reflejos de la falta de políticas públicas que aseguren un trato respetuoso y humano a la comunidad.

El 23 de mayo de 2012 se aprobó la Ley Nacional de género, mientras que el 25 de febrero de 2021 se aprobó en Puebla la Ley Agnes que reconoce a las personas transgénero y les permite cambiar género y nombre en documentos legales. Oaxaca y Jalisco son los únicos dos estados que incluyen en sus leyes de identidad de género a los menores de 18 años.

Si bien esto es un gran avance, muchas personas trans aún no pueden hacer legal su identidad de género, de modo que el acceso a servicios básicos como educación y salud se complica. La ONU coloca el desarrollo de políticas públicas como herramienta clave para reducir la violencia y la discriminación, además, resalta la importancia de la inclusión social que involucra campañas de sensibilización que eliminen el estigma social, desarrollo de políticas educativas, adopción de una legislación antidiscriminatoria, legislación en torno a delitos de odio, revisión de leyes que pudieran ser parte de la discriminación, entre otras.

Los derechos humanos, como su nombre lo estipula, son propios de todos, todas y todes. La comunidad LGBTIQ+ lucha por derechos que le corresponden simplemente por ser seres humanos y formar parte de la sociedad. A quién amemos, cómo nos identifiquemos y cómo elegimos expresarlo no debe ser jamás un motivo de violencia o discriminación.

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