Menstruación digna, un derecho humano

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Menstruación digna, un derecho humano

La menstruación es un fenómeno totalmente normal que le ocurre una vez al mes a la mitad de la población en el mundo, sin embargo, hoy día continúa siendo un tema tabú del que se habla con asco, pena o, en el peor de los casos, no se habla.

La menstruación es un proceso lleno de misoginia, discriminación, estigma y prejuicios, por lo que es importante ponerlo como un tema prioritario en la lucha por los derechos humanos de las mujeres para así reducir la desigualdad de género.

Menstruar, una forma de vulnerar los derechos de las mujeres

En muchos lugares del mundo, la menstruación es vista como algo impuro que condena a las niñas, adolescentes y mujeres al aislamiento y les impone toda clase de restricciones.

A muchas se les aísla en sus propias casas, se les impide tocar agua o cocinar, asistir a actividades comunitarias, en ocasiones, las condena a casarse involuntariamente, las expone a violencia sexual y pausa temporal o definitivamente de su educación. Este tipo de prohibiciones las pone en peligro, refuerzan los estigmas, les hacen sentir vergüenza y vulneran sus derechos humanos.

A esto se suma la pobreza, ya que las opciones que muchas niñas y mujeres tiene para gestionar el sangrado son mínimas o nulas.  La Dra. Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del Fondo de Población de las Naciones Unidas, afirmó que "La regla es una cuestión de derechos humanos. Y también es una cuestión de salud pública y desarrollo".

La pobreza menstrual, un problema de gestión

La pobreza menstrual, un problema de gestión

Más allá del estigma que cargan las mujeres mientras menstrúan, como si no fuera suficiente, deben enfrentar retos de gestión en el proceso, se estima que 500 millones de mujeres y niñas de todo el mundo no pueden pagar productos de higiene íntima, a esto se le llama pobreza menstrual, te explicamos de qué se trata.

Vanessa Zammar, una joven activista de salud menstrual y cofundadora de Jeyetna, una asociación feminista del Líbano, definió la pobreza menstrual como la falta de acceso a los artículos sanitarios y la limitación de las opciones; la falta de acceso a baños limpios y privados; la falta de acceso a un espacio seguro y a una persona en la cual confiar; y la falta de educación, debidas a la escasez de fondos asignados a las investigaciones relativas a la salud menstrual.

Las cifras no mienten, en México solo el 62% de los planteles educativos disponen de agua todos los días de la semana, el 19% carece de inodoros suficientes para los y las estudiantes y el 58% no cuenta con agua potable. En el mundo, casi 100 millones de niñas pierden hasta una semana de escuela por mes debido a la falta de infraestructura adecuada de agua y saneamiento y la falta de acceso a productos de higiene íntima. Así mismo, la regla tiene efectos físicos, produce dolor que puede ser incapacitante sin la medicación o el tratamiento adecuado.

El abandono escolar, que en algunos casos es definitivo al llegar la primera menstruación, tiene un impacto en la vida de las niñas, compromete su progreso económico y por tanto, las coloca en condiciones de vulnerabilidad en el futuro, impidiendo reducir la brecha en la igualdad de género.

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La falta de acceso a la protección higiénica obliga a las personas que menstrúan a imaginar soluciones alternativas, como el uso de trapos, hojas de periódico u otros, estos pueden causar molestias, fugas de sangre, y en el peor escenario, infecciones, además les causa vergüenza e incomodidad en una sociedad donde la menstruación carga con tantos prejuicios y estigmas.

Menstruación digna, un paso al frente en los derechos humanos

Las condiciones que enfrentan las mujeres durante el periodo las coloca en una clara desventaja que es inminente reducir hasta su eliminación, para ello, autoridades de México y el mundo ha propuesto acciones para una menstruación digna en la que se busca reconocer las condiciones que afectan la salud de las mujeres en relación con la menstruación.

Estas acciones implican garantizar el abasto y suficiencia de recursos como el agua, productos de higiene, jabón, así como el depósito y la gestión de los residuos; contar con un espacio adecuado para la gestión de la menstruación; dotar de productos de higiene menstrual a las mujeres en situación de vulnerabilidad social, empobrecidas, migrantes/racializadas o privadas de su libertad, que afrontan mayores dificultades para la gestión de su menstruación, para así reducir la brecha de género y la discriminación estructural, de acuerdo a la Recomendación 35/2021 de la CNDH en México.

Hablar de menstruación digna permite reconocer su impacto en la vida de las mujeres y niñas, los efectos físicos, síntomas y trastornos que tiene en sus cuerpos y al normalizarlo, se encaminará a la eliminación de mitos y estigmas a su alrededor.

Menstruación digna, un paso al frente en los derechos humanos

Alternativas para la gestión menstrual

Si bien el camino por recorrer en la desmitificación y estigmatización de la menstruación es largo, el cambio se empieza a hacer notar en la sociedad, cada vez es un tema del que se habla con menos pudor y vergüenza, inclusive, los anuncios publicitarios de toallas sanitarias han cambiado el color azul por el rojo para ilustrar correctamente el sangrado menstrual.

Por otra parte, las condiciones de algunos países y el mundo en general, han traído a flote el uso de alternativas de higiene menstrual que resultan más accesibles al bolsillo de las mujeres y más ecológicas con el medio ambiente, a su vez, al ser productos que son reutilizables, fungen como una opción para aquellas que no tienen los recursos suficientes para gestionar el sangrado mes a mes y podrían ser la solución de los gobiernos para garantizar el acceso a estos insumos a las mujeres en condiciones de vulnerabilidad.

Aquí te dejamos algunos ejemplos de productos de higiene menstrual alternativos:

Alternativas ecológicas de higiene menstrual

Falta mucho por hacer en la reducción de la brecha de género, sin embargo, las mujeres dan un paso a la vez en la lucha por sus derechos y este proceso biológico no ha quedado fuera de la lista. Si quieres conocer más sobre la desigualdad que sufren las mujeres y cómo aportar soluciones, en GOU tenemos una amplia oferta de maestrías relacionadas a la violencia de género.

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