Las microtemporadas del fast fashion, un problema laboral y ambiental

Publicado:

Categoría: Noticias

Tags: Fast fashion Moda rápida Microtendencias Mano de obra Derechos laborales

Las microtemporadas del fast fashion, un problema laboral y ambiental

El consumo masivo está en aumento y la industria de la moda no es una excepción, en todo el mundo se consumen alrededor de 80 mil millones de piezas de ropa cada año, lo que representa un aumento del 400% con respecto a hace veinte años. El problema radica en que, aproximadamente, el 85% de estos textiles terminan en la basura o en el fondo del clóset cada año, síntoma de la demanda masiva de los consumidores y la rápida rotación de las tendencias de moda.

El fast fashion y las microtemporadas de la industria de la moda

El llamado “fast fashion" o moda rápida se refiere a los grandes volúmenes de ropa producidos por la industria de la moda en función de las tendencias y una necesidad inventada de innovación, lo que contribuye a poner en el mercado millones de prendas y fomentar en los consumidores una sustitución acelerada de su inventario personal, según datos de Greenpeace.

El fast fashion y las microtemporadas de la industria de la moda

A mediados de la década de los 90 había 4 temporadas en la industria de la moda, una para cada temporada del año, sin embargo, en la actualidad, las empresas de moda rápida, como Shein, han creado 52 "micro temporadas" al año, una por semana. Este nuevo patrón generó una demanda masiva de ropa que produce cerca de 53 millones de toneladas de ropa al año.

Con el fin de mantener este nivel de producción, a un costo que permita al consumidor comprar ropa en grandes cantidades, muchas empresas de fast fashion buscaron una manera de reducir los costos en la cadena de suministro y producción, para lograrlo, se mudaron a países con mano de obra más barata y menos regulaciones.

Maestría en Comercio Internacional

El rápido ciclo de tendencias, conocido como macrotendencia, alienta a la mayoría de las empresas de moda rápida a participar en prácticas laborales poco éticas y mal pagadas para crear un alto volumen de ropa a bajo costo, así como usar materiales con menor calidad, que terminarán en la basura en menor tiempo y así orillar al consumidor a seguir comprando ropa. Así mismo, el efímero camino de “lo que es tendencia”, es tan veloz que lo que un día estaba de moda, al siguiente ya fue reemplazado. 

El costo humano del fast fashion

Una de las principales razones por las que las empresas de moda están tan ansiosas por llevar sus filiales a países como Vietnam, India o Bangladesh es la falta de supervisión legal y gubernamental para la producción textil, de esta manera evitan responsabilidades en cada etapa de la producción.

Las marcas permiten que sus trabajadores permanezcan sin regulación ni protección porque las exime de la responsabilidad sobre las prácticas poco éticas que utilizan para producir su ropa de bajo costo. Sin embargo, cada vez es más difícil para las marcas ignorar la explotación de sus fuerzas laborales, ya que el tema está cobrando relevancia en el ojo público, un ejemplo de ello fue lo ocurrido en 2019, cuando miles de trabajadores de la confección en Bangladesh se declararon en huelga por sus bajos salarios, obteniendo la atención internacional.

El costo humano del fast fashion

Este tipo de manifestaciones laborales han hecho que el último eslabón de la cadena, el consumidor, preste atención al proceso que precede a su producto y cuestione a las marcas, entendiendo que el bajo precio que pagó por sus prendas tuvo un costo alto para alguien en otro país.

La pobreza generada por la moda rápida

La industria de la moda rápida emplea a aproximadamente 75 millones de trabajadores de fábricas en todo el mundo, de esos trabajadores, se estima que solo el 2% de ellos ganan un salario digno y trabajan hasta 16 horas al día, 7 días a la semana, lo que los ubica por debajo del umbral de la pobreza, estas condiciones de trabajo han sido calificadas como "trabajo forzado" por instituciones como el Parlamento Europeo.

La pobreza generada por la moda rápid

Las consecuencias en la vida de los trabajadores textiles son múltiples, pero una de las más preocupantes radica en su salud, que se ha visto mermada ante las extensas jornadas laborales, la falta de condiciones dignas en los espacios de trabajo y la falta de servicios de salud. La producción de ropa de moda rápida emplea el uso de 8,000 productos químicos que podrían ser un factor para padecer cáncer. 

¿El consumidor tiene la responsabilidad de cambiar las condiciones en la industria textil?

Uno de los planteamientos más frecuentes cuando se habla de las pésimas condiciones laborales de los trabajadores de la industria textil y lo perjudicial del fast fashion para el medio ambiente, es la responsabilidad de los consumidores al respecto, sin embargo, el cambio solo será relevante cuando sea estructural, ya que es ahí donde las condiciones cambiarán realmente y no asumiendo, de manera individual, las responsabilidades de la falta de regulación en los países.

La regulación más exitosa en este sector es el Acuerdo de Incendios y Seguridad de Bangladesh, que se produjo después del colapso de la fábrica de Rana Plaza. Este es el primer acuerdo jurídicamente vinculante en la era moderna entre trabajadores, gerentes de fábricas y empresas de ropa.

Este modelo debe ser emulado en otros países que dependen de la fabricación de moda rápida y se podría utilizar un plan similar para garantizar salarios justos y medidas que busquen proteger y anteponer los derechos humanos de las y los trabajadores.

Maestría en Estudios Avanzados en Derechos Humanos

Mientras tanto, los y las consumidoras pueden apoyar con acciones individuales que presionen a las empresas de fast fashion a realizar cambios estructurales relevantes, por ejemplo, exigir mayor calidad en los materiales de las prendas, de esta manera tendrán un mayor tiempo de vida y un menor impacto ambiental. También pueden continuar colocando en el ojo público las malas condiciones laborales de quiénes laboran en la industria textil, así como protestar de manera activa, quizá, dejando de consumir los productos de industrias que no cumplan con los requerimientos básicos en materia de derechos laborales y compromiso ambiental, ¿se te ocurre alguna otra medida?

Suscríbete al newsletter