Deserción escolar por maternidad, cómplice de la brecha salarial y los roles de género
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La brecha de género es visible en diversos niveles y aspectos sociales, entre ellos, la educación y las oportunidades laborales. De acuerdo con una encuesta realizada por OCC, 5 de cada 10 mujeres profesionistas en México abandonaron sus estudios como consecuencia del nacimiento de sus hijos. Esto, a su vez, tiene un impacto directo en la brecha salarial y el crecimiento profesional, por eso hoy profundizaremos un poco más en el por qué ser madre parece ser un impedimento para crecer y cómo es posible contrarrestar estos problemas.
Deserción escolar por maternidad, ¿por qué sucede?
Cuando se habla de deserción escolar por maternidad, muchas personas lo relacionan con el embarazo adolescente y, como muchos otros problemas de género, suele culparse a la propia mujer del problema.
De acuerdo con el Centro de Investigación de Política Pública (IMCO), entre 2019 y 2022, medio millón de mujeres y un millón de hombres abandonaron la escuela. Claro que, a primera vista, los hombres son más propensos a la deserción escolar; sin embargo, escarbando en los motivos, la realidad para los varones es que aún tras abandonar los estudios, que en gran medida es para trabajar, acceden automáticamente a mejores salarios que una mujer en la misma situación.
En números y de acuerdo con Forbes y el IMCO, la deserción escolar se ve así:
- 3 de cada 5 mujeres abandonan los estudios por la falta de recursos, el matrimonio o el embarazo.
- 40% de las madres que se vieron en la necesidad de dejar la escuela, fue debido a la falta de dinero.
- 26% de estas mujeres abandono los estudios tras ser madre por falta de tiempo.
- 13% decidió dejar de estudiar porque ya contaba con estudios de licenciatura.
- 8% de las madres desertaron debido a la falta de apoyo de su pareja o familia.
Por otro lado, existe un 22% de madres profesionistas que sí continuaron sus estudios:
- 19% decidieron seguir tras el ingreso de sus hijos a la guardería o escuela.
- 6% continuó cuando sus hijos llegaron a la adolescencia.
- 2% tomó la decisión cuando sus hijos llegaron a la universidad o ingresaron a algún trabajo estable.
La deserción escolar por maternidad es clara y, en gran medida, corresponde a roles de género que asignan a la mujer la responsabilidad de cuidar a los hijos o hijas. Este es un problema que se presenta tanto en embarazo adolescente, como en embarazos planeados. Aún es posible notar una “necesidad” de ser el hombre proveedor que limita de forma importante el desarrollo de las mujeres, tanto escolarmente, como laboralmente.
Incluso al hablar de falta de recursos o apoyo económico, se puede estar tocando el rol de género, ya que muchas familias priorizan la inversión en educación para los hombres, que para las mujeres.
Brecha salarial, una de las consecuencias de la deserción escolar
Hablar de deserción escolar por maternidad y no hablar de brecha salarial es imposible, ya que, de forma lógica, podría asumirse que, a mayor preparación, mejores oportunidades y salarios. Y, si bien esto es bastante real, hay un trasfondo importante que pone a la mujer en mayor desventaja que los hombres, aun cuando hay un mayor porcentaje de varones que abandonan sus estudios.
De acuerdo con el IMCO, un hombre que termina la secundaria puede acceder a un ingreso mensual promedio de $7.440 pesos, mientras que una mujer tendría que finalizar por lo menos una carrera técnica para ganar el mismo sueldo. Pareciera un círculo vicioso, ya que es justo este ingreso mayor en diferentes niveles lo que hace que tras un embarazo, el hombre sea quien busque trabajar o seguir sus estudios.
La deserción escolar por maternidad es un problema importante que debe ser resuelto, ya que, como hemos visto, refuerza otras problemáticas de género que impiden a la mujer acceder a las mismas oportunidades. La maternidad, incluso, ha llegado a ser considerada como una “debilidad” para las empresas debido a la cantidad de tiempo que una mujer requiere invertir a su rol de madre; sin embargo, perdemos de vista que las mismas políticas públicas que brindan menos días de paternidad, refuerzan esta idea de que el hombre ejerce su paternidad fuera de casa, como proveedor, mientras la mujer debe “renunciar” a su vida y oportunidades en cuanto se convierte en madre.
Educación flexible, una necesidad para las mujeres de hoy
La educación ha cambiado y, en gran medida, la pandemia por COVID-19 ayudó a impulsar la diversificación en la forma de estudiar y de aprender. Enfrentar la deserción escolar por maternidad requiere diversas acciones, pero una de las más importantes es la flexibilidad en los estudios.
El hecho de que hoy exista una gran oferta académica en línea y becas o apoyos para cualquier nivel de estudios permite que las mujeres acceder a la educación sin importar la situación en la que se encuentren.
Infórmate y despréndete de los prejuicios y las etiquetas de género. La maternidad no tiene por qué estar peleada con el crecimiento profesional y personal, al contrario, puede convertirse en el gran motor para lograr cada meta y así, convertirte en ese gran ejemplo para tus hijos que, a su vez, ayude a reducir la brecha de género en las futuras generaciones.