Política, privacidad y cookies. El avance de la normativa en Europa y el futuro de la ley mexicana (Parte I)

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Política, privacidad y cookies

 'He leído y acepto los términos y condiciones de uso'. Estamos hartos de ver este mensaje cada vez que entramos a una página web o nos descargamos una app, pero la realidad es que, generalmente, los aceptamos sin leer el texto. Es más, según una encuesta realizada por la Organización de Consumidores y Usuarios española en 2018, casi nueve de cada diez internautas reconoce no revisar las condiciones de los servicios en internet. ¿Qué riesgos supone?

«Aunque nuestro objetivo esencial al visitar una página web sea visualizar su contenido o comprar algo online, si cuando nos aparece el aviso de las ‘cookies’ aceptamos todas sin leer la política de privacidad, puede que otorguemos, al mismo tiempo, permiso para utilizar nuestros datos con otras finalidades, como enviarnos publicidad personalizada o controlar nuestros hábitos y rutinas», advierte un abogado especialista y Delegado de Protección de Datos. 

El hecho de que prestemos nuestro consentimiento, sin pararnos a pensar un momento qué es lo que aceptamos, responde al modelo de sociedad en el que vivimos, donde prima la cultura de la inmediatez, así como a no valorar adecuadamente lo que estamos entregando, es decir, nuestra información personal. Recordemos que, habitualmente, ‘cuando algo es gratis en internet, el precio son nuestros datos’. El nombre, el apellido, el teléfono y el correo electrónico son más que suficientes para crear una parte importante de nuestro perfil o ceder nuestros datos a terceros con fines comerciales. Y todo por no detenernos a leer las finalidades específicas para las cuales nos piden el consentimiento», afirma el abogado.

Cuando los responsables de una web o una app actúan acorde con la legislación, las casillas para rechazar las cookies no obligatorias –algunas son imprescindibles para el buen funcionamiento de estas plataformas– se ofrecen desactivadas o se pueden rechazar fácilmente. Asimismo, aunque la antigua normativa permitía hacer uso de los datos del usuario si este no se pronunciaba respecto a las cookies, con la nueva legislación europea, el consentimiento debe ser expreso. Y hacia esto caminará la normativa mexicana en la que el consentimiento tácito puede tener los días contados.

Lenguaje claro y sencillo

El Reglamento Europeo (RGPD), asimismo, exige que la configuración por defecto del tratamiento de la información de los internautas abogue por un procesamiento lo menos intrusivo posible (mínima cantidad de datos personales pedida, mínima extensión del tratamiento de los mismos, mínimo plazo de conservación y mínima accesibilidad a estos). Además, sostiene que “la forma en la que se recoge dicha información debe transmitirse de manera clara, sencilla y con un lenguaje comprensible», destaca el abogado. Este es un requisito que ya recoge la Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de los Particulares, que exige que la elaboración de avisos de privacidad se haga cumpliendo con los requisitos de la ley, fundamentalmente redactados con un lenguaje claro y sencillo, que permita entender a los usuarios los alcances del consentimiento que está otorgando. Sin embargo, sea en México o en Europa, es fácil comprobar que esto no siempre se cumple. 

De hecho, son muy pocos los que se han leído los términos y condiciones de las aplicaciones que utilizan en sus teléfonos móviles, la mayoría de las veces porque estas «presentan unos contratos de adhesión muy extensos y con un lenguaje tan complejo que son difíciles de entender», señala el abogado. 

La recomendación del abogado, en caso de detectar el incumplimiento de la normativa, es presentar una denuncia ante el Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos. En Europa el marco normativo es bastante completo, probablemente de los más completos del mundo, y sin excesivas lagunas. El régimen de sanciones se ha endurecido mucho y las multas por incumplir el reglamento llegan a ser millonarias. México tiene un buen modelo en el que fijarse.

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