8 herramientas par afrontar la incertidumbre y ganar en resiliencia

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Estos días se están librando dos batallas, dos batallas en las que estamos todos comprometidos y de las que siempre nos acordaremos: una externa, contra el virus y sus consecuencias sanitarias y económicas; y otra interna, con nosotros mismos. Esa batalla propia que libramos cada día para encontrar una mejor respuesta frente a estas circunstancias, tanto en lo personal como en lo profesional. Una batalla para sentirnos mejor, para ganar en esperanza y optimismo, para salir fortalecidos. Esa batalla interna, es nuestra segunda flecha.

Hace unos días leía la historia de un maestro que preguntó a uno de sus discípulos: “¿crees que sería doloroso si te hiriera una flecha?” Aquel joven supuso que sí, que le dolería lo suficiente como para siempre tratar de evitarla. Tras la respuesta, el maestro le volvió a preguntar, “¿Y si después, te alcanzara otra flecha, te dolería más?” Y tras dejar un breve silencio, continuó explicando: “En la vida, no siempre podemos evitar o controlar la primera flecha. Sin embargo, la segunda flecha es nuestra reacción a la primera. Y con esta segunda flecha viene la posibilidad de elegir”.

Nuestra reacción a la primera flecha es la segunda flecha, ¡qué interesante! Esa primera flecha vendrá representada hoy por todo aquello que no podemos controlar, que no está en nuestras manos: la pandemia, el confinamiento, los contagios, la crisis que llega… Pero después, aparece nuestra segunda flecha, nuestra respuesta, esa respuesta que representa la apertura a la posibilidad de elegir. 

Esa posibilidad de elegir, de apartarnos de la segunda flecha o  bien de gestionar la situación que ha sido provocada tras la herida, depende de cada uno de nosotros. En esa capacidad de elección, y en ampliar nuestras posibilidades de respuesta, se basa la resiliencia.

Boris Cyrulnik, quizá el mayor experto en resiliencia, define la resiliencia como ”el arte de navegar en los torrentes, el arte de metamorfosear el dolor para darle sentido; la capacidad de ser feliz incluso cuando tienes heridas en el alma”. El experto diferencia entre el dolor y el sufrimiento. El dolor - la primera flecha - es inevitable; el sufrimiento - la segunda flecha - es necesariamente objeto de gestión. Cómo realicemos esa gestión es lo que nos hará más o menos resilientes.

Permítanme compartirles algunas claves de las personas que están siendo más resilientes y en las que nos podemos apoyar todos nosotros:

  1. Aceptación: aceptar la realidad tal cual es. Aceptando lo que  sí está bajo nuestro control y lo que no. Transformando la preocupación en ocupación.
  2. Compasión: tratar a los demás, y a nosotros mismos, desde el cariño y el amor. Que la exigencia y la autocrítica siempre encuentren asiento en la compasión.
  3. Sentido de control: siendo conscientes de que podemos elegir, y centrándonos en aquello que sí depende de nosotros. A partir de ello y a través suyo, gestionar nuestras respuestas.
  4. Agilidad emocional: ser capaces de tener apertura para gestionar de manera más inteligente nuestras emociones y, en vez de atascarnos en respuestas automáticas e inflexibles, darnos la oportunidad de ser flexibles en nuestras respuestas, emocionales, cognitivas y conductuales.
  5. Perseguir un objetivo significativo: son momentos para concentrarse en quién ser en vez de en el tener. Buscar una causa o propósito que nos mueva y reforzar unos valores que sean nuestra guía.
  6. Buscar el crecimiento y aprendizaje en las situaciones más complicadas: desafiarnos, buscar el reto de ver las situaciones que estamos viviendo para un mayor desarrollo y así crecer y aprender algo nuevo. Hacer real la frase de que nuestro antagonista es nuestro maestro.
  7. Ser generadores de optimismo y esperanza: apostando por un mejor mañana posible y encontrando motivos por los que sí creer en él.
  8. Apoyo social: buscar y ofrecer apoyo a los demás, especialmente a las personas más queridas, a los más cercanos, a quienes tienen algún tipo de relación con nosotros, de tal manera que seamos para ellos un factor de positividad.

Estos elementos nos apoyarán para ofrecer mejores respuestas y afrontar la adversidad desde el crecimiento.

Que tu batalla sea la segunda flecha y ésta sea tu mejor respuesta. De ella dependemos todos y también los que amamos. Tu resiliencia, innegablemente, será apoyo para los tuyos.

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